Judíos: Los Pobrecitos Conejitos Esponjosos

Una nota que quiero que tomen en cuenta: esto no es en cuanto a TODOS los Judíos, ¿ok? ¿Quedó claro? Empecemos entonces.

Ahora sí me metí en un problemón, ¿eh? ¡Hablar de judíos! Es interesantísimo que los judíos tengan una fama tan controversial. Trabajadores, ricos, perseguidos, invasores, víctimas, narigones o lo que ustedes quieran. Hay, de todo este universo, un aspecto del que me gustaría en el que pensaran un poco más: la relación que tienen ellos con los musulmanes.

Los musulmanes tienen una fama también controversial: extremadamente religiosos, gente con turbante, intolerantes y más. No tendré la arrogancia de decir que abarcaré todo el tema “judíos y musulmanes”, pero a lo que voy es… ¿por qué tenemos en general una mala idea de los musulmanes? Yo entiendo que parte se la han ganado a pulso, como cuando fueron a hacer su desmadre por la caricatura de Mahoma con turbante de bomba, pero la otra cara de la moneda es su interacción con los judíos.

Unos lanzan piedras, los judíos usan misiles. Algunos musulmanes (chiítas, me imagino) se detonan a sí mismos en medio de multitudes, los otros mandan comandos altamente entrenados a misiones que joden a los que veneran a Alá.

¿Cómo es entonces, chingado, que tenemos la idea de que los Judíos son conejitos blancos, inocentes, esponjosos y necesitados de ayuda? No me estoy poniendo del lado de los musulmanes, pero, carajo, hay que ver que los dos están igual en este conflicto. La diferencia es una: dinero. Con el dinero que unos compran misiles, entrenamiento y el silencio de la ONU (que, siendo justos… ¿de qué sirve eso? ¿Qué hará la ONU? ¿Enviar una carta para expresar lo molestos que están y exigir -sin algún tipo de amenaza de fondo- que liberen el territorio, y si ignoran esa carta enviarían otra? No vaya a ser.)… pero aún más importante: el beneplácito de las potencias mundiales y del mundo, que los dejan atacar a otro país como si nada.

¿Por qué? Porque son los “pobrecitos judíos perseguidos”. Y esta idea viene de una propaganda nada sutil pero casi invisible porque ya nos hemos acostumbrado a ella: Las películas.

¿Cuántas películas a nivel internacional han hablado de los enfrentamientos en Rwanda entre Tutsis y Hutus? (¡¿Habrán ellos inventado la Tutsi Pop?! ¡Si es así, tienen mi eterno agradecimiento, benditos sean!) ¿Cuántas películas al año hablan del über-desmadre de Kosovo? No tengo la menor idea, pero, para los que ya adivinaron a donde voy, sí, es eso: ¿Cuántas reputísimas películas de la Segunda Guerra Mundial, y en específico, del Holocausto y el maltrato a los judíos han salido?

Digo, si yo fuera alemán a estas alturas de la vida hubiera dicho “Genug, saugen Sie nicht!” que es “¡Ya no mamen!” (dudo que “ya no mamen” literalmente tenga el mismo sentido en alemán, pero…) en su lenguaje. En serio, la chinga se la llevan los alemanes por algo que ellos ya NO hacen, que quedó en el pasado y que deberíamos de aprenderlo y aceptarlo para que no se repita, pero no andar chingue y jode. En pocas palabras, es una táctica que funciona para dejar la herida abierta permanentemente, algo similar a la estrategia republicana (EUA) en cuanto al nueve de septiembre y los atentados terroristas (que por cierto, ¿a quiénes se los achacan?).

Los Conejitos Esponjosos e Indefensos, como no tienen suficiente espacio ya teniendo su propio país y sacando películas de Judíos errantes para que los tengamos en mente como personas que no tienen futuro si no reciben ayuda, se han tomado el asunto este de la Franja de Gaza muy en serio.

Y no seré estratega militar, pero tampoco soy ningún pendejo: algo por ahí me dice, me da la ligera sospecha de que hombres-bomba y pedradas contra tanques de guerra y F-15 (sin tomar en cuenta armas nucleares: no se ha verificado que Israel las tenga, pero todo parece indicar que sí hay) no parece una guerra fácil de ganar. A menos de que los Israelitas sean como Xerxes y Palestina se aviente una estrategia estilo SPARRRTAAAAAAA, pues ya bailó Bertha, ¿no?

Sí, muchos judíos adinerados soportan compañías importantes en Estados Unidos y son accionistas en compañías de medios y películas, pero… ¿podrían dejar de tratarnos como imbéciles? No tengo algo en especial en contra de los judíos; no obstante ya estoy hasta la madre de tantas chingaderas de películas, y me encabrona que intenten insultar mi inteligencia, como si no fuera capaz de ver a dónde está apuntado todo eso.

Entonces, ¿quién ya se cansó de ver Pobrecitos Conejitos Esponjosos?